jueves, 23 de abril de 2009

SUGERENCIAS EN TIEMPOS DE CRISIS

Conferencia-Tertulia en la ORDEN DEL CACHORRO CANARIO
Miércoles, 22 de abril de 2009


Buenas noches y gracias, muchas gracias por haber venido a escuchar y a hablar. Son dos grandes dones naturales del ser humano, a los cuales nunca deberíamos renunciar. Escuchar sin prejuicios y hablar sin arrogancia. Escuchar libres de prejuicios y hablar al margen de la arrogancia, suponen también dos riesgos, aunque dos riesgos muy saludables: si escuchamos sin prejuicios puede ocurrir que se desmorone nuestra rigidez defensiva y salgamos de nuestros viejos y paralizantes esquemas; si hablamos sin arrogancia podemos conseguir presentarnos desnudos, tales y como somos, más allá de la falsedad de las máscaras convencionales.

Primero hablaré yo sin arrogancia y Vds. escucharán sin prejuicios; para luego hablar Vds. sin arrogancia y escuchar yo sin prejuicios. Hablar sin arrogancia y escuchar sin prejuicio es saludable, sobre todo, en tiempos de CRISIS. Vamos a ir introduciéndonos lentamente hasta toparnos con la CRISIS…

Como yo no soy economista, ni tampoco experto en finanzas, no voy a hablar de las CRISIS ECONÓMICAS, ni de las CRISIS FINANCIERAS, ni de las CRISIS SECTORIALES de ningún sector de la socioeconomía, ni de las finanzas. No quiero que mis palabras sean parciales, sectoriales o locales. Mi formación en Psicología, Filosofía y Teología me coloca más desde una visión global y universal, que desde una perspectiva sectorial. Quiero que mis palabras sean globales, universales para que puedan ser también particulares. Por eso voy a hablar no de las CRISIS; sino de LA CRISIS, LA CRISIS TOTAL, LA CRISIS CON MAYÚSCULA o, como diríamos en la Escuela independiente de Terapia Holoanalítica (EITHA), voy a hablar de LA CRISIS HOLÓNICA, es decir la CRISIS DEL TODO, que también abarca la CRISIS DE LAS PARTES. Un HOLÓN es algo que, a la vez, es todo y parte; es una palabra acuñada por el filósofo social húngaro-judío ARTHUR KOESTLER (+1983), en su libro El espíritu de la máquina. Todos los seres son HOLONES, es decir, TODOS SOMOS TODO y PARTE a la vez. Esta afirmación tiene consecuencias incalculables y maravillosas para la concepción espiritual de la vida. Resuena muy aguda aquella expresión de Agustín de Hipona: “DEUS meus et OMNIA!” (“¡Mi Dios y mi TODO!”). EL DIOS TOTAL se manifiesta en partes que, sin dejar de ser partes, son también DIOS TOTAL.

La mujer y el hombre de la era moderna se caracterizan porque pertenecen a una cultura cuyos valores predominantes son: el PODER y EL DESARROLLO ECONÓMICO. En la llamada “Jerarquía de valores” hay varios valores; pero la experiencia, la triste experiencia, nos ha enseñado que el PODER y el DESARROLLISMO ECONÓMICO son los valores más cotizados y que ocupan puestos más altos en la inmensa mayoría de las personas. Si “poderoso caballero es don dinero, adinerado caballero es don poder”. Y SI ESTO ES ASÍ, ENTONCES

Puedo partir de la afirmación de que el SINO de la mujer y del hombre modernos es ser NEURÓTICOS, (Cesare Musatti: Todos somos neuróticos), que es lo mismo que afirmar que el SINO DE LOS HOMBRES Y DE LAS MUJERES DE LA ERA MODERNA ES TENER MIEDO A LA VIDA. Creo que es la mejor definición que se ha dado de la NEUROSIS: la neurosis es miedo exagerado a vivir (Alexander Lowen, Miedo a la Vida ), miedo a ser sí mismos o, lo que es igual, MIEDO A LA LIBERTAD, como escribió el psicoanalista culturalista Eric FROMM.
Los seres humanos postmodernos siguen teniendo miedo de abrir su corazón, tienen miedo de salir de sí mismos, tienen miedo de vivir en autenticidad, tienen miedo de ser sí mismos, por dos motivos fundamentales: porque tienen mucho miedo de ser rechazados, de no ser aceptados ni queridos y porque están excesivamente apegados al deseo de PODER y al afán de DINERO, que es el vehículo para conseguir la PROPIEDAD, lo exclusivamente mío. El dinero es el gran conseguidor de la propiedad. El PODER y el DINERO inauguran el reino de este mundo, que es el reino de lo mío, de lo exclusivamente mío que no es lo tuyo. El PODER y el DINERO nos alejan del reino de lo nuestro, del reino de la igualdad esencial de todos los HOLONES.

Los seres humanos nos hemos instalado en la vida como si ésta fuera un ejercicio de miedo neurótico, el miedo neurótico es nuestro habitual estado de ánimo, más o menos consciente, más o menos desgarrador; pero real. Llegados hasta aquí, nos topamos ya con LA CRISIS. La CRISIS es precedida por el miedo que, luego, aumenta cuando ella irrumpe.
¿Y qué lugar ocupa la CRISIS en el devenir de nuestra vida diaria, como ejercicio y ensayo de nuestros miedos neuróticos?

En primer lugar, ¿qué significa la palabra CRISIS? Para los griegos, que fueron sus inventores, la CRISIS es una sentencia, un juicio, un veredicto emitido por la vida sobre un individuo o sobre un colectivo. La CRISIS es una sentencia condenatoria, es una afirmación judicial sobre algo negativo que tiene que cambiar, que tiene que morir. La CRISIS anuncia una muerte para que aparezca una nueva vida. La CRISIS trae una parte negativa y dolorosa de muerte y una parte positiva y placentera de vida. El grano de trigo tiene que morir para que nazca la espiga. Sin embargo, hay algunos “graciosos” que quieren superar la CRISIS sin morir a algo. ¡Qué quimera!

Para los griegos clásicos, la CRISIS no podía entenderse fuera de la idea de tiempo que ellos tenían. Los griegos entendían el tiempo de dos maneras: había un tiempo KRONOS y había un tiempo KAIRÓS. El KRONOS era el tiempo fatídico y convencional que se medía por los movimientos del sol y de la luna, era un tiempo igual para todos que igualaba a todos los seres. Es el contundente tiempo del reloj. El KAIRÓS era un tiempo no convencional, no regido por leyes fijas, no era un tiempo igual para todos, cada uno tiene su propio KAIRÓS que hay que conocer y observar atentamente. El KAIRÓS ERA EL TIEMPO OPORTUNO, el tiempo que llegaba por sorpresa o que se anunciaba muy sutilmente, era el tiempo EN EL QUE DEBÍA SUCEDER ALGO, NI ANTES NI DESPUÉS. El KAIRÓS puede ser como el tren que pasa por la estación y si el viajero distraído lo pierde, puede que no vuelva más a pasar. Hay personas que disparan sus presuntas “verdades” sobre otro en cualquier secuencia del KRONOS, sin observar amorosamente si ha llegado el KAIRÓS, el kairós del otro y el kairós mío. Son personas que esconden su violencia con frases como “Yo soy así de claro, yo al pan, pan y al vino, vino. Yo soy siempre claro, caiga quien caiga”. Son auténticos sociópatas de la “verdad”, malignos francotiradores que aprietan el gatillo apurados por KRONOS, sin el consejo amoroso del KAIRÓS. Así como el dios KRONOS se comía a sus hijos, también estos “sinceros cronológicos” devoran a sus víctimas, por eso serán destronados y devorados también ellos.
La verdadera CRISIS no es una realidad superficialmente “kronológica”; sino una realidad profundamente “kairológica”. La gente superficial trata la CRISIS como si ésta ocurriera en el tiempo kronos, ajena a ella, como si no fueran ni responsables ni destinatarios de la misma y hubiera que tener simplemente paciencia, la paciencia de la marmota, esperando a que kronos se la lleve sin más. La gente profunda afronta la CRISIS como un hecho ocurrido en un tiempo especial, en el tiempo pleno, en el tiempo que convenía y no en otro. La gente profunda afrontan la CRISIS como responsables y destinatarios de la misma. La CRISIS se ha ido preparando en el KRONOS para reventar en el KAIRÓS.

Cuando el miedo neurótico a la vida y a ser sí mismos, nos va alejando cada vez más de nuestra autenticidad y de nuestra autorrealización, la propia vida, a través del yo profundo individual y del yo inconsciente colectivo, va preparando la llegada del tiempo oportuno, del KAIRÓS, para la irrupción de la CRISIS. La CRISIS irrumpe en los entresijos de la personalidad de cada uno y en todos los rincones del entramado social, portando la SENTENCIA CONDENATORIA de parte de LA VIDA: HAY QUE MORIR A UNA DETERMINADA FORMA DE VIVIR PARA NACER A OTRA NUEVA. Muerte y nacimiento, lo negativo doloroso y lo positivo placentero de la CRISIS.

Hemos dicho que la CRISIS, tanto individual como colectiva, irrumpe cuando la persona o la sociedad se alejan, cada vez más de ser sí mismos. Podemos afirmar que la CRISIS es una SENTENCIA CONDENATORIA contra el desequilibrio entre el SER y el TENER. El ser humano tiende a desequilibrarse hacia el tener, hacia una inflamación del tener. Por contraste, a la vez, tiende a sofocar al SER, TIENDE A DESNUTRIRLO. Hasta el punto que todos hemos llegado a aceptar que TANTO TIENES, TANTO VALES. Ya en el revolucionario año 1968, los jóvenes que estábamos enfrascados en el estudio de la Psicología profunda, leímos con pasión el libro del gran psicólogo Abraham H. Maslow, Toward a Psychology of being (Hacia una psicología del Ser), en el que se anunciaba la preparación de una grave crisis en las conciencias de todo el planeta, por el alejamiento masivo del SER y el cada vez mayor apego al TENER. A los 40 años de ser predicha por Maslow, la CRISIS, que ya había avisado en los ’70 y en los ’90, ha reventado con más fuerza aún en el 2008. Maslow fue uno de los padres más antiguos de la Psicología Transpersonal, la disciplina más espiritual y, probablemente, más revolucionaria, de la Psicología Clínica.

Llegados a este punto, podemos preguntarnos si hay SUGERENCIAS PARA TIEMPOS DE CRISIS. Es evidente que las hay.

La primera, optar por ser inteligentes y NO QUEDARNOS EMBOBADOS MIRANDO EL DEDO, CUANDO LO QUE SE NOS SEÑALA ES LA LUNA. ¡Optemos por la profundidad, alejémonos de la superficialidad!

La segunda, ¿qué LUNA es la que señala el dedo? ¿A dónde se dirige la sentencia condenatoria de esta CRISIS? En mi opinión, el objetivo evidente de esta CRISIS ES CONDENAR EL EXCESO DE DESEO DE PODER Y EL EXCESO DE APEGO AL DINERO Y A LA PROPIEDAD. La CRISIS dirige su CONDENA contra el triunfo del TENER, sobre el SER.

¿Por qué el TENER exacerbado es el objeto de la CRISIS? Porque el TENER CREA DESIGUALDADES, LAS NECESITA!!! El deseo de PODER SOBRE LOS DEMÁS Y EL APEGO EXAGERADO AL DINERO Y A LA PROPIEDAD no pueden existir sin la desigualdad social, racial, sexual, religiosa, política, militar, cultural etc.

El MIEDO NEURÓTICO A LA VIDA, EL MIEDO AL ABANDONO Y EL DESEO DE PODER, UNIDO AL AFÁN DE DINERO, provoca esa exaltación del TENER SOBRE EL SER y, por tanto, las desigualdades.

Ha llegado el tiempo, el KAIRÓS, en que nos volvamos al SER. Por eso, la tercera sugerencia es que cada uno de nosotros, en privado y en grupos naturales, hagamos un ejercicio de introversión en busca del SER en la intimidad. SER SÍ MISMOS SIN MIEDO Y SIN APEGOS. EL TENER PUEDE DIVIDIR, EL SER SIEMPRE UNE.

Las Instituciones políticas intentan afrontar la CRISIS con cantidades de dinero; pero eso sólo no basta. Claro que necesitamos el TENER, porque somos seres necesitados. La materia no es mala, todo lo contrario, es buena y necesaria. Es siempre el exceso, la exageración lo que desequilibra la balanza. No se le oye a nadie señalar la LUNA; sino que la mayoría de los dirigentes están embobados mirando al dedo. Nadie habla del vacío de SER y de la idolatría al TENER.

He oído a dos personajes: a Rodrigo Rato (alumno de Ramiro Calle) y a la premio Nobel italiana judía, Rita Levi Montalcini, hablar de carencia espiritual como la causante fundamental de la CRISIS individual y mundial.
También oímos hablar de la carencia espiritual CAUSANTE DE ESTA CRISIS a líderes religiosos, como el Papa de ROMA o el cardenal español Rouco Varela, pero con una evidente y vergonzosa incoherencia entre lo que dicen y lo que hacen. Desgraciadamente, a ellos se les puede aplicar lo que Jesús de Nazareth decía de los sacerdotes y religiosos de su tiempo: “Hagan lo que dicen, pero no los imiten en sus obras”. La fiesta imperial del Domingo de Pascua en Roma fue el gran drama de la incoherencia. Jesús de Nazareth, que puso en CRISIS PROFUNDA al mundo judío y romano por su adicción al PODER Y AL DINERO ( QUE PERMITE LA PROPIEDAD ), SE VE HOY TRAICIONADO DESDE LA CÚPULA DE LOS QUE DICEN SER SUS VICARIOS Y SEGUIDORES. Quien se define vicario de Jesús, viste como un emperador, rodeado de príncipes (ni una sola “princesa”…), en el palacio más suntuoso del mundo, siendo Jefe de Estado, siendo Monarca Absoluto y Sumo Pontífice con el nombre de Benedicto XVI. Es curioso porque Jesús prohibió taxativamente que nadie se hiciera llamar ni señor, ni padre, ni maestro, porque sólo Dios es señor, padre y maestro. Con ello quería salvaguardar la igualdad esencial de todos los seres, de todo los HOLONES. El PODER y el DINERO CONSEGUIDOR DE LA PROPIEDAD, están vergonzosamente simbolizados en la mitra, báculo y anillo que llevan los jerarcas católicos. La cúpula de las religiones, no sólo la católica, necesita afrontar con valentía su CRISIS, que en lenguaje bíblico-teológico tiene otro nombre más profundo y más solemne: la CONVERSIÓN. No hay nada que necesite más un Papa que la CONVERSIÓN al auténtico camino de Jesús.

Es verdad que la CRISIS MUNDIAL que nos agobia exige que resolvamos la carencia del TENER. Es necesario TENER, ES BUENO TENER. Pero nunca alzándonos contra el SER que somos. Aquí hemos de recordar aquella máxima de un gran estratega de la vida espiritual que fue Ignacio de Loyola : “El TENER hemos de usarlo en tanto en cuanto sirva al SER” (Es la regla famosa del “tanto…cuanto”). El SER, AL IGUAL, QUE EL AMOR, O SE DA ENTRE IGUALES O HACE SENTIRSE IGUALES A LOS QUE CREEN NO SERLO.



Jaime Llinares Llabrés
Psicólogo clínico y Doctor en Teología Moral

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